REFLEXIONES DE UN HERMANO SOBRE NUESTROS LAND MARKS

 

 

En el Or De Bogotá Vall De Girardot, a los 14 Días del mes de septiembre del año 6017 e v pongo a vuestra consideración el siguiente escrito.

 

Comienzo por contaros que la vida me dio la oportunidad de pertenecer a algunas sociedades, a una de ellas ingresé como un simple empleado, debiendo cumplir  unas reglas en forma  inflexible dada mi calidad de asalariado. Con el tiempo, logré hacerme  socio, lo cual me colocó en una posición que me otorgaba el derecho a hacer observaciones relativas a algunas normas del reglamento que consideré no pertinentes o anacrónicas. Cuando lo hice, encontré que la mayoría de socios estaban dispuestos al análisis y al estudio con  madurez e inteligencia; y sin prepotencia ni vanidad, buscando lo mejor para la empresa. Sin embargo, no faltó el típico Socio que en actitud ignorante me diera como única respuesta: “Si no le gusta como está, venda y váyase”.

Ya entenderéis más adelante que tiene que ver esta introducción con la Masonería. Ahora solo puedo deciros que en el momento que escribí este escrito estaba  convaleciendo de una cirugía de cadera fuera de Colombia. El tiempo que me toco tomar en mi recuperación, me dio la oportunidad para dedicarme a leer y pensar, sobre algunos momentos de nuestro diario vivir en Masonería. Cuanto más leía, más me asaltaban ciertas dudas sobre algunos temas y ciertos comportamientos en nuestra hermandad.

Con el perdón de vosotros, haré una exposición en cierta forma desordenada. Comienzo por el comentario que en una tenida en nuestra logia hizo un Maestro de otra logia, al hacer referencia a los “Landmarcks”, prácticamente nos amenazó con llevarnos al más profundo infierno si nos atrevíamos a tocarlas; pero en lugar de asustarme, debo darle las gracias ya que su intimidación me llevo a leerlas y analizarlas con la importancia que se merecen, pues son nuestras reglas.

Estas normas cobraron inusitada importancia para mí en el momento por el que estaba pasando, dada la recuperación de mi operación de cadera, ya que una incertidumbre me asalto de saber si quedaba con alguna cojera que podría conllevar mi exclusión  de la institución que he aprendido a respetar y amar.

Para entender el porqué de mi preocupación transcribiré el Landmarck XVIII que dice “Las mujeres, los cojos, lisiados, los esclavos, los mutilados, los menores de edad y los ancianos no pueden ser iniciados”.

Esta transcripción me condujo a efectuar un análisis completo de toda la norma por lo tanto, comenzaré con la prohibición, de que las mujeres no pueden pertenecer a nuestras logias.

 

En el tiempo que llevo en la logia, son muchas las mujeres que me han preguntado, porque en otros sitios si hay logias femeninas y en la nuestra no; me inquirieron si las consideramos inferiores, o intelectualmente incapaces, no preparadas para pertenecer a la logia. No supe que responderles, pero aprovechando este tiempo de reposo investigue y leyendo múltiples documentos masónicos para saber la razón encontré en el diario masónico la siguiente referencia: “Los derechos fundamentales se basan en el principio de igualdad, todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. Me cuestioné, si cuando se referían a hombres lo hacían como especie humana o como género, de ser lo segundo entonces las mujeres para la masonería no son libres por lo tanto inferiores. Esto no cabía en mi mente no podía creerlo dado que lo poco que he podido estudiar de nuestra hermandad, esta es justa y verdadera.

 

Tuve que indagar en el pasado pues sin duda debieron existir razones poderosas que llevaron a excluirlas. Encontré varios hermanos haciendo referencia al tema, pero que mejor  citar al venerable maestro Aldo Lavagnini, que estoy seguro todos conocemos y no ponemos en duda sus palabras cuando dice: “Si el hombre podía desafiar el peligro de pertenecer a una sociedad prohibida no era dable admitir a la mujer en iguales condiciones”. Queda claro que era una forma de protegerlas de los peligros a que estaba sometida la hermandad; pero hoy en día sería absurdo protegerlas, ya que la persecución no es peligrosamente equivalente, y están suficientemente preparadas para asumir su papel en logia. Por esto el Maestro concluye afirmando “Ya no puede negársele a la mujer la participación en la gran obra realizada por nuestra institución”.

 

Adicionalmente recordé un principio masónico por el que juramos en forma solemne cumplir las leyes y en especial la Constitución de la Republica de Colombia y para el efecto el artículo 43 de la constitución dice textualmente: “La mujer y el hombre tienen iguales derechos y oportunidades la mujer no puede ser sometida a ninguna discriminación”. Mi pregunta es: ¿Sera al día de hoy el Landmarck XVIII, discriminatorio? ¿No estamos obligados a cumplir con la Constitución y las Leyes de la Republica de Colombia? Este tema amerita un análisis, sin aprensión ni prejuicio. 

 

Al investigar lo referente a los cojos, lisiados y mutilados; la  razón que encontré,  es su imposibilidad de articular los signos y pasos masónicos requeridos. Esto lo entendería en la época que aparecieron los Landmarck, ya que los masones en el fondo eran guerreros que debían defenderse de sus perseguidores y sería injusto dejar entrar una persona que, dadas sus limitaciones no pudiera defenderse poniendo en peligro su vida. Dado que entre los principios universales de la masonería está el deber de buscar el bienestar de nuestros semejantes y proteger al débil, no dudo de las buenas intenciones de estos principios altruistas; pero los tiempos han cambiado, hoy no corremos esos peligros.

Tampoco dudo de la capacidad de un cojo para poder hacer las señales para identificarse y dar los pasos dentro del templo.

En cuanto a los  ancianos me pregunto: ¿qué entiende la Masonería por anciano? ¿A qué edad comienza la ancianidad?; y me lo pregunto hoy, cuando  los promedios de edad están por encima de los 80.

Yo desearía que el Landmarck XVIII quedara para el día de hoy así: “Los lisiados y mutilados totalmente incapacitados y los menores de edad, no pueden ser iniciados.

Queda claro que solo se hace referencia a la iniciación, por lo tanto al ya iniciado no podrían impedirle continuar su camino hacia la maestría, cualquiera que sea su impedimento.

 

Respecto al resto de los Landmarck, no los voy a analizar uno por uno ya que el sabio y venerable maestro Aldo Lavagnini, en el Manual del Maestro nos dio respuesta; por esto me tomare el atrevimiento de transcribir sus notas.

”Todo Landmarck real ha de tener carácter de verdad, es decir debe probarse por sí mismo y no imponerse como una creencia. De la misma manera que probamos y comprobamos la ley de la gravedad así hemos de probar y comprobar la efectividad de los Landmarck para no confundir entre los mismos también errores y las falsas interpretaciones, prejuicios y supersticiones del pasado. La verdad se distingue pues por su consistencia y durabilidad que es la que la diferencia del error y de la ilusión; ha de ser tal en todos los tiempos por ello universalmente aceptable y aceptada”

“La masonería no tiene dogmas ni impone creencias de ningún género, pues la verdad cuyo camino indica la masonería ha de ser libremente tendida e individualmente realizada”.

  

Ojala hubiera tenido este manual cuando me hice socio de una de mis empresas, como relaté al principio, para haberles hecho entender a algunos socios la importancia del ser y el deber ser.

Dentro de mi desorden en este documento, me preocupé cuando un  hermano nos manifestó que tener contacto con otros hermanos de otros ritos no pertenecientes a  la nuestra podría ser causa de expulsión. Sentí temor, pero pensé nosotros no estamos para sentir miedo sino para construir un mejor futuro, y  encontré la respuesta en nuestro querido venerable Aldo Lavagnini, quien dice que debido a la usurpación de derechos y abusos de autoridad han surgido otras logias, unas conocidas como Grandes de Oriente y otras como Federaciones, y él con un criterio auténticamente Masónico dice “Cada una de estas tres formas puede llevar y llevará a una útil contribución al progreso de la causa masónica, siendo la utilidad y efectividad de tal contribución proporcionada al empeño que cada una ponga en vencer y desterrar los tres enemigos clásicos de la institución”. Y ¿cuáles son?: LA INTOLERANCIA, de la cual nace la INCOMPRENCION, la IGNORANCIA y el  FANATISMO.

Dice el maestro que cada Gran Logia estará por encima de sus mezquindades e incomprensiones, que cada Gran Oriente será realmente un gran oriente y que cada Federación será  un pacto de unión entre las logias que la componen.

Que está claro que “La organización masónica del porvenir no puede, surgir sino de la cooperación y de los esfuerzos constructivos y unitivos de todas las organizaciones masónicas actualmente existentes”.

Pasando a otro tema  gracias a mi cirugía pude leer con detenimiento el manual del Maestro, y  veo que muchos hermanos lo han olvidado y deberían releerlo para encontrar respuestas a  sus posibles desvíos al camino del verdadero Maestro.

Recordemos que los maestros somos guías como dice Aldo Lavagnini “Que todos los masones lo sepan y en especial los maestros, para que despojándose de sus errores su falta de comprensión y ambiciones personales, puedan cooperar impersonalmente, como los verdaderos maestros.”

Lo que he escrito me llevo a preguntarme ¿Somos Dogmáticos? La respuesta es NO es claro la masonería no es dogmática., ¿Es una religión?, NO  pero tenemos principios e ideales. Dejamos en libertad a sus miembros de 

profesar la religión que cada uno decida. Los dogmas son contrarios a la masonería. Sabemos que ser dogmático no admite replica o cuestionamiento, por lo tanto al no serlo, podemos cuestionarnos, los masones somos hombres libres de corazón, pensamiento e ideas.

Espero que al terminar de leer este escrito como respuesta no encuentre en ustedes la de “No tenemos los masones por qué cuestionarnos o dar explicaciones? O como dijo mi socio del cual hable al inicio de este trabajo “Si no le gusta bien puede vender e irse”. Y yo tengo claro que no vendo mi conciencia ni me voy.

Me cobijaría una profunda tristeza, pero a pesar de ello continuaría cuestionándome   y en  búsqueda  de respuestas.

 

Son tantas las preguntas, que  puedo tener, que  prefiero citar la frase que me dijisteis al ingresar “No vais  a entrar profano a una sociedad perfecta, pues como sabéis en lo humano no existe la perfección.”

Pero lo que si debe primar en nuestra Gran Logia es la Tolerancia y la  Comprensión.

 

Afortunadamente pase lo que pase, cualquier cosa que suceda, está  claro que   “Los hombres pasan pero las instituciones permanecen.”

 

Es mi palabra QQHH

 

Hernando Alfonso Aguilera Blanco

 

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