INTELIGENCIA

¿Cuál es el límite de la inteligencia artificial? La respuesta obvia es que el límite es nuestra propia inteligencia, digamos natural. Ex nihilo nihil, nada viene de la nada. Se hacen cavilaciones y elucubraciones de hasta qué punto la inteligencia artificial llegada a su nivel más alto puede crear inteligencia que sobrepase la insertada por la inteligencia nuestra.

En 1996 y 1997 Gary Kasparov logró derrotar a Deep Blue, después de ser derrotado por la misma computadora, y en enero de este año de 2019, el norcoreano campeón mundial ocho veces de GO, Lee Se-dol se enzarzó en un duelo de GO con un computadora programada con el Alphago, un programa hecho para competir en este juego que en palabras de Borges, “Es más antiguo que la más antigua escritura y el tablero (en que se juega) es un mapa del universo, y sus variaciones negras y blancas agotarán el tiempo”

¿Cuánto tiempo lleva practicando la humanidad el ajedrez, cuánto practicando el GO que es más antiguo que la más antigua escritura?

Para ser Gran Maestro de cualquiera de estas dos disciplinas, se necesitan años de práctica. Para programar a Deep Blue, para diseñar el Alphago, se necesita un equipo de programadores que superan en el tiempo la maestría en su ciencia.

Es decir que en términos de Perogrullo no estamos ante una inteligencia artificial sino ante una inteligencia humana capaz de transferir a unos sofisticados juguetes un cúmulo de problemas con sus soluciones, los cuales, como los caminos de Feynman, son múltiples e innumerables, pero finitos.

La pregunta no es pues, hasta qué punto podemos crear inteligencia artificial, sino hasta qué punto podemos desarrollar nuestra natural inteligencia para armonizarla con el resto del universo.

Lewis Carroll en “Alicia en el País de las Maravillas” nos describió un agujero de gusano y con lujo de detalles, describió lo que es un salto entre distintas dimensiones y facetas temporales de una misma realidad. 

En nuestro vecindario cósmico, en la Vía Láctea, hay veinticinco mil millones de planetas que pueden albergar vida.

Debemos con nuestra inteligencia neuronal, natural, buscar el agujero de gusano que nos permita navegar el Cosmos.

Mientras tanto podemos seguir jugando Ajedrez y GO en la quietud de nuestros propios tableros y sus innumerables estrategias.

Como dijo Blanchot, “Escribir es la fascinación de la ausencia del tiempo”

  

V M∴  J. R. C. R.